Ángel de la muerte. Cuéntase que este ángel, pasando cierto día bajo una forma visible junto a Salomón, miró fijamente a un hombre que estaba sentado a su lado.
Este hombre preguntó quién era el que le había mirado de aquel modo, y habiéndole contestado Salomón que era el ángel de la muerte, le dijo: “Parece que me quiere para sí, por lo que os suplico mandéis al viento que me lleve a la India”, llízolo al momento, y el ángel dijo entonces a Salomón: “No es de admirar que haya observado a este hombre con tanta atención, puesto que tengo orden de ir a recoger su alma en la India, y me sorprendió encontrarle junto a ti en Palestina.
Véase Muerte, Alma, etc.
Mahoma contaba esta historia para probar que nadie podía escapar a su destino.